Los emigrantes en Estados Unidos envían 70 mil millones de dólares al año a México. Generalmente lo polvorean por todo el país pues tienen parientes, sobre todo padres y hermanos a los que apoyan sin cesar.

El dinero recibido de los emigrantes es mayor que el que México obtiene del turismo y del petróleo. Puesto que este dinero es enviado desde Estados Unidos en dólares, con el peso fuerte los beneficiarios reciben menos cantidad. Pero la pregunta es: ¿México seguirá recibiendo estas cantidades en el futuro?,

¿Las nuevas generaciones seguirán apoyando a sus parientes en México?… ¡Claro que no! Los nietos y bisnietos de los inmigrantes irán perdiendo el contacto con su parentela mexicana y no enviarán dinero a menos que, (lo hemos dicho mil veces a todos los políticos que nos han querido escuchar) se haga una estrategia para acercar a las nuevas generaciones.

Si recibimos 70 mil millones o sea 500 dólares al año per cápita por mexicano aproximadamente ¿porque no invertimos un dólar por mexicano? O sea 130 millones de dólares en intentar puentes y acercamientos con los mexico-americanos. Por ejemplo: invitemos a los mejores estudiantes de las universidades que tengan origen mexicano a conocer Yucatán. Ahí les llevaríamos a las pirámides, les daríamos un tequila, les enseñaríamos español, canciones mexicanas, historia. Los llevaríamos a Xcaret a ver el espectáculo mexicano que nos emociona hasta hacernos llorar, cuando regresaran estarían orgullosos de las raíces de su vieja patria y quizás mantendrían relaciones cercanas permanentes con su país de origen México.

Por su puesto deberíamos entablar negociaciones con muchos emigrantes que han logrado hacer “el sueño americano” y podrían invertir en nuestro país creando sólidos lazos que serían indisolubles.

Habríamos de copiar el acercamiento que hacen los Israelís con los judíos americanos creando un lobby con una poderosa fuerza política y que podría servir a los intereses de México.

No cabe duda que el destino de México es el gran México que crece poderoso, allende las fronteras y cuyos lazos culturales económicos sociales, históricos, etc. deben ser recalibrados y sostenidos no solo por la nostalgia ni por el sabor de los tacos sino también por lo aquí analizado.

México es más grande que el territorio en que vivimos y debemos de pensar en el gran México. No solo en el presente si no con visión en el futuro.

No vamos por los 70 mil millones de este año vamos por los 100 mil millones de los próximos 20 años.

Hay que estudiar a los méxico-americanos pues son diferentes, los de California a los de Chicago, a los de Atlanta o a los de Nueva York. El espacio que donde residen los transforma y los impacta. Conocerlos significa aprenderlos, entenderlos y mantener una relación que a todos nos conviene…Es mucha lana.

Comentarios al jose.galicot@tijuanainnovadora.com

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Artículo de José Galicot, presidente de Tijuana Innovadora, publicado originalmente en la sección Opinionez del Semanario Zeta